Crisis "Nazionale"


"Los italianos pierden las guerras como si fueran partidos de fútbol y los partidos de fútbol como si fuesen guerras" (Winston Churchill, político y estadista británico)

Italia es un país de tradiciones, donde gusta el café capuccino por la mañana, la “birra” con la pizza y el “catenaccio” sobre el césped de los estadios. “Ganar no es suficiente. Uno debe tener deportividad y moral seria”, fueron las palabras de Cesare Prandelli en 2010, al comienzo de su recorrido como seleccionador de Italia. Fue un disparo al corazón del “catenaccio”.

Cesare Prandelli, seleccionador italiano entre 2010 y 2014

Los cambios de Prandelli en la “azzurra” no se limitaron solo a los comportamientos, también imprimió un nuevo estilo a la selección, haciendo hincapié en la posesión del balón y en el desarrollo de un juego vistoso y alejado de un modelo contundente y ultradefensivo, eterno estereotipo de la selección italiana.

Bajo la figura de Andrea Pirlo, corazón y cerebro de la renovada “nazionale”, pronto llegaron los resultados. Italia, que había caído con estrépito en el Mundial de 2010 tras llegar como vigente campeona, se exhibió durante los siguientes dos años por los campos de Europa con su nuevo estilo. Pero llegó la Eurocopa 2012, llegó España y a la nueva Italia se le partió el corazón.

“Todo el país tenía mucha ilusión depositada en la selección en aquella Eurocopa, habíamos vencido a Inglaterra y Alemania y no había razón para temer a España después del partido de la fase de grupos, pero el 4-0 en la final fue un golpe muy duro que no se encajó nada bien. Fue muy humillante para una afición muy celosa de sus éxitos pasados”, opina Ciro Feolli, periodista deportivo italiano y aficionado de la selección.

Narración de la radio italiana RTL 102.5 de la final España-Italia (Eurocopa 2012)

El camino hacia el Mundial 2014 no fue sencillo. Italia vencía, apenas, pero no convencía. En Brasil, los italianos derrotaron por 2-1 a Inglaterra en el primer partido. La euforia se desató entre los aficionados que días antes del Mundial apenas habrían apostado una lira por Italia. Efectivamente, tras perder por idéntico resultado (1-0) contra Costa Rica y Uruguay, la “azzurra” se despidió del Mundial en la fase de grupos por segunda vez consecutiva.

“El Mundial de Brasil fue un fracaso absoluto para Italia, pero no creo que pudiera sorprender a nadie. En los partidos previos al Mundial se vio a un equipo agarrotado. Prandelli se traicionó a sí mismo en Brasil, con un equipo hecho para jugar al fútbol quiso defender y guardar el resultado,  ¡jugar al empate! Y perdió”, afirma Feolli.

Como consecuencia de este varapalo, Cesare Prandelli, que semanas antes del Mundial había firmado su renovación como seleccionador hasta la Eurocopa 2016, presentó su renuncia al cargo, al igual que el presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete.

Jugadores de Italia se lamentan tras caer eliminados del Mundial de Brasil 2014

El sustituto de Prandelli al frente de Italia no se hizo esperar: Antonio Conte, vigente campeón de la Serie A italiana como entrenador del Juventus. Con él, los medios de comunicación italianos dieron por concluido el inciso de la “nazionale” en el fútbol vistoso y de toque. Los dos primeros partidos dirigidos por Conte (con victoria por 2-0 contra Holanda y Noruega) avalan estas consideraciones.

El estilo de Conte no tiene nada que ver con el de Prandelli. Es un neo-catenaccio, una vuelta al fútbol físico y potente, directo, en el que lo que vale es ganar aunque sea sin hacer un juego vistoso”, explica Feolli.

El nuevo seleccionador italiano, que apuesta por un clásico 3-2-5 con fuerza en el medio del campo, ha comenzado su etapa con revolucionarias decisiones como dejar fuera al siempre polémico delantero Mario Balotelli, un fijo para Prandelli y cuyo lugar ocupa en estos momentos el atacante del Sassuolo Simone Zaza, que solo participó en dos encuentros con el antiguo seleccionador.

De quienes no se ha desprendido Conte es de los dos jugadores más veteranos del equipo, el portero Gianluigi Buffon, de 36 años, y el centrocampista Andrea Pirlo, de 35 años, a pesar de que este último anunció su retirada de la selección al término del pasado Mundial de Brasil “para dejar sitio a los jóvenes”.

Andrea Pirlo y Antonio Conte coincidieron durante tres años en el Juventus de Turín

Conte, entrenador de Pirlo en el Juventus las tres últimas temporadas, convenció al jugador para que volviese a la selección y este aceptó. Pese a ello, está por ver el papel que jugará Pirlo en la nueva selección italiana.

“La calidad de Pirlo es indiscutible. Es único, uno de los mejores jugadores de la historia de Italia, pero, por su propia edad, es de prever que cada vez tenga menos minutos dentro del campo, aunque seguirá siendo igual de importante a la hora de imprimir carácter y motivación sobre los jóvenes que van llegando a la selección”, concluye el periodista Feolli.

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1 comentario:

  1. Los italianos se lo tienen muy creido, y como consecuencia cuando pierden un partido se les viene el mundo encima.

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